Fiel a su propuesta de divulgar la Filosofía práctica, Nueva Acrópolis ha realizado este taller vivencial.
Ante la ausencia de respuestas profundas en la vida actual para alcanzar una vida armónica, observamos algunos de los 4 preceptos estoicos muy útiles como:
1.- Vivir de acuerdo a la naturaleza. No esperar de la naturaleza humana nada angelical ni horrible, sino aceptar la naturaleza humana tal cual es con sus luces y sus sombras. También entender que la naturaleza cósmica tiene un Logos, una lógica y es armónica: así debemos ser nosotros.
2.- Memento mori y Carpe diem. Recordar que algún día estaremos muertos, vivir la vida con sencillez, sin precipitación ni falsedad ni impostura. Ser sencillos, naturales, aprovechar cada día como si fuera el último es practicar un desapego sereno.
3.- Dicotomía del control. Aprendimos, según el gran Epicteto, que hay cosas que dependen de uno y otras que no dependen. Las primeras requieren nuestro cuidado, atención y cariño. Tales cosas como: nuestros juicios, opiniones, actitudes y reacciones.
Las segundas, las que no dependen, son muchas: la política, la opinión pública, la opinión y actos de los demás, la actitud de nuestros amigos o conocidos… no dependen de nosotros. Hemos de respetar el libre albedrío de las otras personas, sus pensamientos y opciones de vida. Los estocios dicen que esperar o desear que cambie lo que no depende de nosotros, es sufrimiento garantizado.
4.- Visualización negativa y Amor fati. Para ser prácticos hemos de contemplar la posibilidad de que cualquiera, uno mismo o un ser querido sufra o muera, e incluso visualizarlo. En el sentido de no sufrir en exceso cuando algo suceda. Amar al destino convierte todo lo nefasto en bueno. Para ello hay que atreverse a ver que el destino es más sabio que uno mismo.
Por lo pragmático de su enfoque y la búsqueda de coherencia individual para armonizarse con la sociedad, tomando a la naturaleza como maestra y ejemplo, el estoicismo logró adaptarse y atravesar el tiempo desde el helenismo en Grecia por el 300 a.C., pasando por el Imperio romano y manteniéndose vivo a lo largo de la Edad Media. Aún más, siguió despierto en el Renacimiento e incluso en la actualidad surgen movimientos estoicos alrededor del mundo. En Nueva Acrópolis también amamos el estoicismo.