Pedro Bernat nos explicó en el Centro Cultural Castalia que, aunque muchas veces se toman como sinónimos, conocimiento y sabiduría no son lo mismo.
A la sabiduría se le atribuye la raíz latina que significa saborear. Es una expresión mucho más vital que nos habla de la sabiduría como algo que se vive, no como algo que tan sólo se piensa. La acción es el momento de la verdad, la piedra de toque que nos dirá hasta qué punto conocemos en profundidad una cosa.
Se puede dividir en dos partes: acción interior y acción exterior: la acción interior nos permite desarrollar facultades del alma como la disciplina, la atención la memoria, el discernimiento. La acción exterior, no obstante es también imprescindible, tiene el mérito y el valor de la plasmación de las cosas. Y muchas veces, cuando logramos plasmar algo, cambian nuestros pensamientos, nos damos cuenta del valor del esfuerzo, nos damos cuenta de que podemos.
Todo ser humano, cada uno en su medida, puede aumentar su nivel de sabiduría ayudándole a conocerse mejor, a plasmar los sueños de su alma y a desarrollarme mejor como ser humano. En definiva, la sabiduría te ayuda a ser más feliz.
