Los inicios de Joaquín Sorolla están ligados a las reglas de la academia y al gusto oficial, hasta poder llegar a la libertad creativa de plasmar con su paleta de colores la luz del Mediterráneo, la alegría de sus gentes, la inocencia infantil… Y una titánica empresa, donde reflejará las tradiciones, el trabajo y las costumbres más representativas de las regiones, en su “Visión de España”.