«Tartessos: los misterios de Andalucía», conferencia en la Asociación Cultural Nueva Acrópolis en Almería. Alicia Rodríguez, directora de la sede de la asociación en Sevilla, fue la encargada de desarrollar el tema.
Tartessos despierta curiosidad por su misterio. Las fuentes sobre Tartessos podemos encontrarlas en Asiria, la Biblia, Grecia o Roma. Su historia se une al mito: el rey Gerión, los trabajos de Hércules, cuando tiene que robar los bueyes, el mal comportamiento de Gárgoris, aunque aporta la miel a los hombres, Habis que trae el arado, la agricultura, las leyes y la prohibición de la esclavitud.
Los primeros buscadores
Los primeros buscadores fueron el alemán Adolf Schulten, que exploró el coto de Doñana, o el inglés Jorge Bonsor, que se instala en Carmona (Sevilla). Posteriormente, en 1958 se descubre el tesoro del Carambolo, en Camas. Después se descubre una Astarté. Uno de los elementos más característicos de los restos arqueológicos es el altar tauro dérmico o en forma de piel de toro. Los edificios excavados separan una zona profana de otra sagrada por medio de pavimentos de conchas marinas.
Una influencia importante es la fenicia. Los fenicios eran comerciantes, no guerreros. Por ello establecían sus colonias en zonas no pobladas por indígenas. El otro elemento cultural es el aportado por la población local. Restos de su actividad es el dolmen de Menga (3700 a.C.). Culturas locales son los Millares (3200-2200 a.C.) y Argar (2200-1500 a.C.).
La charla terminaría con una detallada descripción de las rutas de expansión cultural y comercial. Restos al norte del Guadiana, de incierto origen tartésico o turdetano. Figuras halladas, como estelas de guerreros, o yacimientos importantes, como el de Cancho Roano. Restos que indican una posible escritura entre 5000-4000 a.C.
Alicia Rodríguez acabó diciendo que no somos tan diferentes. Tenemos similares necesidades y vivencias. El esfuerzo de pasar de una religión primitiva a una visión sagrada, plantearse la vida de otra forma, el paso de una cultura a una civilización. «Los mitos nos conducen hacia los valores atemporales para que los hombres puedan identificarse con un modelo heroico o divino».