Fanatismo y Tolerancia fue el título de la conferencia impartida por la Organización Internacional Nueva Acrópolis Almería en el Centro C. Idealia. Continúa así el ciclo de actividades “Arriésgate por un mundo mejor”.
La Filosofía, por reflexión, lleva a una certeza interna. Pero convicción no es fanatismo y la tolerancia parte de una actitud activa y reflexiva. En el fanatismo no existe reflexión interna, se trata de imponer algo para disimular la inseguridad. No se puede ver otra realidad que la propia, es ignorancia. Se manejan ideas simples con un exceso de emotividad, ideas dirigidas más al instinto que a la razón. Por ello el fanatismo crea masificación, reducción del individuo y de la libertad. El fanatismo crea jaulas para los seres humanos, hay aislamiento, manipulación, ideas circulares y agresividad. Hay desprecio por los demás y por las opiniones ajenas. Los fanatismos de toda época odiaron a las Escuelas de Filosofía, creadoras de librepensadores.
Tolerancia no es una actitud pasiva, no es soportar y no es indiferencia. Tolerancia es una virtud activa. Hace falta el concurso de otros seres humanos para el propio conocimiento, para mejorarse, para desarrollar las propias potencialidades. La tolerancia requiere de un cierto dominio de las emociones, del centro. El tolerante se pone en el lugar del otro para comprenderlo, sin juzgar. La tolerancia deja espacio a los demás. Es generosidad.