El pasado viernes pudimos disfrutar de una sesión de filocine japonés en la que analizamos unas cuantas escenas de películas como «Memorias de una Geisha», «Karate kid», «Zen Dogen» y las magníficas obras de Akira Kurosawa. Ciertamente las enseñanzas filosóficas que se desprenden de estas películas ponen su acento en descubrir el mundo interior del ser humano, en aquello que realmente depende de nosotros, y a su vez nos muestran que podemos ser la mejor versión de nosotros mismos. Seamos pues los artistas de nuestra propia vida.