El Arte no es cuestión de gustos. Estamos rodeados de objetos artísticos. El Arte es consustancial al ser humano. No es algo superfluo. Tiene el poder de llevar a otro mundo. Pero explicar lo vivido a través del Arte es casi imposible. Ligado a la emoción, lo relacionamos con el me gusta o no me gusta. Sin embargo es necesario ir más allá, más allá de los sentimientos ¿las ideas?, más allá del gusto y la emoción.
Hay una relación entre la verdad y la belleza, la verdad y el Arte. Tenemos opiniones sobre el arte, sobre lo que está bien, pero no tenemos formación. Y el gusto está relacionado con el placer. Pero hay aspectos por descubrir. El artista se expresa incidiendo en el mundo emocional y el mundo intelectual. Hay un agente que capta las cosas sin saber dar explicación, por intuición.
La verdad es belleza sin forma. El artista puede expresarse por encima de lo físico, lo emocional y lo intelectual. Y por su puesto está por encima de lo económico, la posición social, etc. No cualquier cosa es arte. Así se expresaba el profesor Sebastián Pérez, director del Instituto de Artes Tristán en España.
Hay artistas que buscan e investigan. Y hay personas que simplemente venden un producto. ¿A quién sirve el Arte? Mucho se habla de arte, pero nuestro entorno físico es antiestético. Estética es el que percibe, el que comprende. El Arte debe unir la estética con lo corporal. Falta el reencuentro con la belleza; la belleza está en el ADN de la Naturaleza. Es necesario volver a la naturaleza y descubrir su belleza y no sólo en provecho propio.
La belleza se encuentra a través del amor y la generosidad. El gran ejemplo es Beethoven. Tenemos una gran necesidad de ser vistos y del aplauso. Lo bello no es menos bello porque alguien no lo vea. El artista lo hace visible, lo que ya existía. Prepararse, formarse, aprender, hace adquirir criterio y eso da libertad de elección. El arte es cuestión de gustos, pero el gusto tiene que ser desarrollado.
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