José Manuel Roselló nos habló sobre el método socrático basado en el diálogo maestro-discípulo, que con una antigüedad de 2500 años no ha perdido su vigencia. Su objetivo no era la simple agilidad verbal, sino que estaba destinado a extraer los dormidos conocimientos del alma humana y convertir al discípulo en un buen «dialogador» consigo mismo. La enseñanza requiere siempre de la magnética presencia del Maestro que educe al guía interior que todos llevamos dentro. Aunque el fuego duerme en la madera, es necesario quien lo prenda.