«El miedo y el dolor», tal vez, sean señales de aviso En lo físico es muy fácil percibirlo. O incluso olvidarse del dolor si se fija la conciencia en otra cosa. Pero en lo psíquico y lo mental suele ser más difícil detectar y fijar. Es la primera tesis que propone Carmen Gálvez, profesora de la Escuela de Filosofía a la manera clásica Nueva Acrópolis Almería. El miedo y el dolor fue la segunda microcharla de la Semana de la Filosofía Activa.
Dolor
La pérdida de un ser querido, incomprensión por la conducta de los demás, el desamor, etc. producen dolor. ¿Qué hacemos con ese dolor? Por ejemplo, duele no comprender la vida, no encontrar respuestas ni sentido: ¿Para qué hemos nacido?
El dolor indica busca. En lo mental puede basarse en un prejuicio. Duele comportarse mal con alguien. ¿Cómo se reacciona ante un dolor? ¿Qué consecuencias se sacan? Lleva a salir de situaciones de estancamiento, el dolor ayuda a crecer. Por tanto, el dolor es vehículo de conciencia.
Miedo
El miedo es otro mecanismo de defensa. Se ha llegado a un límite, a algo que no se domina. Lo conocido no da miedo. Da miedo la incertidumbre. ¿Nos paralizamos o ampliamos los límites? Puede haber miedo al fracaso. La vida es aprendizaje. Un error no es un fracaso, es algo para aprender. O miedo a la muerte, como a todo lo desconocido. Percibir que hay algo en nosotros que está siempre, que ha pasado en todas nuestras experiencias. Vivir con dignidad lleva a poder morir con dignidad, luchando por lo mejor, sin acumular equipajes.
Hay miedo a la soledad. A veces por no saber compartir o conversar con los demás. O no saber estar con uno mismo. Quien habla consigo mismo puede hablar con todos y con Dios. Miedo a la vejez, a las dificultades, a tomar decisiones, a las críticas. Saber conocer los ciclos de la vida, afrontar la posibilidad de equivocarse, para aprender. Lo válido va a costar. Asumir que no todos nos van a entender.
Cómo se enfrentan
Preguntarse, ¿qué límite está pidiendo esta circunstancia que se supere o ensanche? Todo depende de uno mismo, de cómo afronta las situaciones, qué decisiones se toman, cómo se ayuda a los demás.
El otro extremo del dolor es el sufrimiento, cuando se convierte en el centro de la conciencia. O el miedo cuando se convierte en pánico y es paralizante. Hay que aprender a verlos venir, desde fuera, ¿qué me pide? Saber cuidar de algo, de alguien, de nosotros, del mundo. Así se aborda la vida de otra manera. Tener un Ideal.
Como las dos micro charlas anteriores… Magistral!
Realmente interesante. Una forma bastante realista de enfrentar el miedo y el dolor…